El 2 de abril es el día internacional de la concienciación sobre el autismo y hoy en estas líneas quiero compartirte mi mirada al autismo.

¿Alguna vez ha sucedido algo en tu vida y de inmediato “le echas la culpa” a alguien más? Creo que eso nos ha pasado a todos.

En esta vida, una de las creencias con que se nos educa y bajo la que la sociedad hace que vivamos, o al menos lo intenta, es que para cada etapa de la vida hay un determinado tiempo.

Todas tenemos sueños, algunos pequeñitos, otros más grandes, algunos los cumplimos, otros los postergamos, otros los olvidamos.

Nunca he sido una persona que se interese por ver un noticiero o leer las últimas noticias a nivel mundial. Esto en ocasiones me ha hecho sentir que “no estoy enterada” de los temas político, culturales, sociales que acontecen a mi alrededor y por ende podría parecer que no me interesa.

Tenemos más de 60,000 pensamientos al día. Pasamos gran parte de nuestra vida en nuestra mente, incluso sin darnos cuenta en muchos de los momentos.

Una de mis películas favoritas es “Click: perdiendo el control” de Adam Sandler porque resuena mucho conmigo la idea de que muchas veces vivimos en piloto automático. Que quizás pensamos que estaría buenísimo “saltarnos” todos los momentos monótonos.

Hace 4 años falleció mi abuelita materna. Yo le escribí esto en aquel momento y hoy te lo comparto.

Me encanta darme hoy la oportunidad de hablar del amor propio. No es porque me considere experta, de hecho mi experiencia dista mucho de decirme conocedora y poder dar palabras motivadoras encaminadas a fortalecer el amor propio.

Desde hace unos días he estado algo reflexiva en torno del amor. Bueno, en realidad creo que siempre es uno de mis temas favoritos, jaja, pero dentro de mis recientes pensamientos al respecto, una de las preguntas que surgió en mi cabeza fue si el amor para toda la vida existe.

La vida para mí representa un sube y baja. Un día te sientes a tope de felicidad, impulsada por tus logros, moviéndote, esforzándote, sabiendo que estás viviendo una vida de ensueño. Y al día siguiente puedes sentirte carente de fuerza, de emoción, sin rumbo, perdida o desconectada.

Hay momentos en nuestra vida donde creemos que las cosas no están saliendo como queremos ni como esperábamos. Donde nos sentimos solas, tenemos más dudas que respuestas, no sabemos si seguir y mucho menos por dónde hacerlo.

De pronto un día, ¡perdí la inspiración! Desde hace varios años tener un espacio para escribir y compartir se convirtió en una práctica común y feliz para mí.

Quizás tú como yo, siempre estás pensando en ser tu mejor versión, en cada semana empezar algún nuevo reto, o cada mes te sientes decidida a que sea un mes lleno de logros y satisfacciones.

Alguna vez te has puesto a pensar ¿qué pasa por la mente de una persona a quien tras un diagnóstico médico le dicen “te queda poco tiempo de vida”, “tienes una enfermedad terminal”, “estás por morir”?

Tengo más de 30 años y quizás un tanto extraño para las mujeres de mi generación o incluso de generaciones más jóvenes que la mía, no soy madre. 

Llegamos a este mundo sin elegir quién seremos, qué seremos y cómo seremos, o al menos eso creemos. Y es así como simplemente la vida comienza a fluir, algunos siendo hombres, otros mujeres, cada quien identificándose con sí mismo.

El Día Internacional de la Mujer fue creado para promover la lucha por los derechos de la mujer. Sin embargo, para mi más allá del tinte político y de la búsqueda de la igualdad que en una sociedad debe tener el papel de la mujer.

La mayoría de nosotras hemos pasado por el que creemos un “corazón roto”. Si eres de las que no ha pasado por ello, yo te diría que ya llegará el día en que te pase. Si crees que nunca sucederá, eres tan afortunada como carente de buena suerte.

¿Tienes miedo de iniciar una relación de pareja porque crees que pueden romperte el corazón? ¿Te resistes a enamorarte? ¿Crees que las relaciones siempre terminan con un corazón roto?

Esta se trata de una historia de amor, con un final de caminos separados. Él se sentía bien, ella también, ¿podía haber algo que no cuadrara en la ecuación?

¿Alguna vez te has preguntado para qué estás en esta vida?, ¿cuál es tu propósito?, ¿cuál es el sentido de tu vida? Yo lo he hecho varias veces y aún sigo en la búsqueda de la respuesta.

Pasé más de 30 años de mi vida sin hacer yoga, algunos de éstos viendo, escuchando o leyendo algo de información de lo bueno que era realizar yoga pero esos mismos encontrando excusas para no decidirme a empezar.

Desde hace tiempo, había escuchado de distintas personas hablar acerca de la copa menstrual. Yo, tras una vida utilizando toallas femeninas, quería conocer algo distinto, que sonaba interesante, lleno de beneficios.

El año pasado, considero que para mí ha sido el inicio de un proceso de transformación.

Cuántas veces en tu vida has dicho… seré feliz cuando me den ese trabajo con el que sueño; cuando mi pareja me pida matrimonio; cuando mi jefe me valore, agradezca y reconozca mi trabajo.

Ante lo desconocido, necesitamos sentir que nos estamos agarrando fuertemente de algo o alguien y así nos sentimos seguras.

Cuando la vida nos presenta momentos inciertos, nuestras reacciones inmediatas pueden relacionarse con sentimientos no tan positivos.

De repente en general en la vida, creo que podemos ser muy duras con nosotras mismas.

Todos escuchamos la frase “Siempre lo mejor está por venir” y nos alienta, nos hace creer que si hoy la estamos pasando mal, ya vendrá el momento donde todo esté bien.

¿Cuántas de nosotras hemos pensado “quiero que todo regrese a la normalidad”?

Cada uno elige con qué perspectiva mirar cada situación que la vida nos presenta, y ésta no es la excepción.

He escuchado en repetidas ocasiones a personas que dicen “estamos en un encierro”, y sabes, personalmente esta expresión a mi no me gusta

Al cuestionarme porque me encontraba ante esta situación, mis reclamos principales se enfocaban en que desde hace un tiempo había comenzado un proceso de transformación en diversos sentidos.

Al principio de todo lo que hoy en día estamos viviendo, quizás tu primer pensamiento fue, ¿por qué me está pasando esto?, ¿quién tiene la culpa de que ahora estemos aquí?, ¿por qué debo vivir así?

Y llegaron estos días, donde de pronto sin aviso, la vida te dijo “quédate en casa”, y aún sin entenderlo eso hiciste de forma literal, sin saber que su significado iba más allá de esas tres palabras.

Hace unos días mientras veía una serie, la protagonista dijo una frase que resonó en mi cabeza. Esta historia surge cuando a ella, el que hasta ese momento era su esposo le pide el divorcio y se va de su casa. 

En México, el día de hoy se realizó un movimiento llamado el nueve nadie se mueve o #UnDiaSinNosotras donde las mujeres no salimos a las calles, al trabajo, al súper, al gym.

¿Cuántas veces escuchamos que el color “rosa” es para niñas y el “azul” para niños? Llegamos a este mundo con esa regla que pareciera escrita en piedra