Que todo sea como antes
¿Cuántas de nosotras hemos pensado “quiero que todo regrese a la normalidad”?
Yo sí lo pensé y tras varias ocasiones en que me caché con ese pensamiento es que caí en cuenta de que en realidad nada debería volver a “la normalidad”. Ahora creo que querer que todo sea tan normal como vivíamos antes, sería lo peor que podríamos hacer.
Si tú también lo has pensado, no quiero decirte ahora que estamos mal por desearlo; de hecho es muy común que así sea, ya que es más fácil que nuestra vida navegue en un plano de certeza, y eso es lo que creemos nos daba nuestra vida como la veníamos viviendo; y entonces pareciera más sencillo volver a ello que seguir en una vida llena de incertidumbre, de lo desconocido y de creer que en diversos aspectos quizás incluso debamos empezar de cero.
Sin embargo, esta situación llegó a nuestras vidas para transformarnos. Si estás aquí es porque tu evolución requería este paso, y es así que lo que vivas en estos momentos podrá parecer difícil, doloroso, incomprensible, pero también te traerá grandes lecciones.
Una persona tras una experiencia que da un giro absoluto a su vida, no hay forma de que vuelva a ser “la de antes” y eso será extraordinario. Ahora quizás por momentos la estemos pasando mal, nos estemos cuestionando muchas cosas, tal vez sentimos que hemos perdido el rumbo, pero te aseguro que cuando todo esto pase, la nueva dirección por la que decidamos llevar nuestra vida, será consecuencia de la persona en que nos hemos convertido gracias a este punto de inflexión.

