Corazón abierto

¿Existe el amor para toda la vida?

Desde hace unos días he estado algo reflexiva en torno del amor. Bueno, en realidad creo que siempre es uno de mis temas favoritos, jaja, pero dentro de mis recientes pensamientos al respecto, una de las preguntas que surgió en mi cabeza fue si el amor para toda la vida existe.

De pronto me puse a pensar en conceptos como “encontrar a tu alma gemela”, “que llegue la persona que se convertirá en mi compañero de viaje”, “estar destinados el uno para el otro”, “ver llegar al príncipe azul para mi”.

Ideas con las que muchas de nosotras crecimos por aquellos cuentos de hadas de nuestra infancia, porque a nuestro alrededor hubo quien nos contó que así se da el amor en pareja, hasta que crecimos creyendo en ello y esperando así sucediera con nosotras.

A mí ese sentimiento de encontrar alguien que haga clic absoluto, de forma genuina y espontánea, me parece que debe ser de los sentimientos más mágicos y poderosos.

Soy fiel creyente del amor, de almas que vida tras vida se encuentran y se reconocen. Me gusta la idea de creer que en algún lugar del mundo se encuentra esa persona con quien todo hará sentido, incluso lo que no tiene sentido; con quien el tiempo volará, las risas sobrarán, las aventuras nos entusiasmarán, las adversidades se trascenderán y la magia nunca acabará.

Pero también creo que no se trata de una alma gemela, un príncipe azul o un hilo rojo que me tiene unida a una persona. Para mí se trata de almas reencontrándose y reconociéndose, que han de ser compañeros de viaje, sin pensar en tiempo y espacio.

Algo de lo que reflexionaba con base en mi propia experiencia del amor en pareja era esa atemporalidad de la que hoy en día hablo. En mi afán de cuestionarme porque hoy en día no tengo a un “compañero de vida” es que caí en cuenta que no todas las personas recorremos la mayor parte del viaje, de la vida, acompañadas.

Buena parte del camino vamos solas y eso no significa que más adelante no cruzaremos camino con alguien más que nos acompañará en un buen tramo o que alguien del pasado que estuvo un tiempo con nosotras no podamos igualmente llamarlo compañero de vida.

Entonces puede no tratarse de un solo compañero de vida, sino de personas que forman parte de nuestras vida y nos acompañan en los momentos donde su presencia era clave para nuestra evolución.

Y entonces, ¿el amor para toda la vida existe? Para mí, amar para toda la vida a una persona si existe, incluso amor en ésta, pasadas y posteriores vidas.

Si hablamos de una persona que estará durante toda nuestra vida como pareja, también creo en esa posibilidad, porque sé de historias de parejas que se conocieron muy jóvenes y permanecieron juntas hasta el último de sus días, otras tantas que quizás no se conocieron tan jóvenes, pero una vez que se encontraron no se separaron nunca más.

¿Y qué tendrán esas parejas que algunos de nosotros no hemos podido lograr aún? Yo creo que simplemente se trata de saber reconocerse como iguales, de bajar la guardia del ego y encontrarse en un plano más puro, consciente y profundo que trasciende fronteras terrenales y llega a mundos espirituales.

Porque así, formar parte de la vida del otro se convierte en un honor, caminar juntos en la misma dirección siempre es una casualidad y nunca una obligación. Elegirle todos los días es la más sencilla decisión, porque el amor es día a día, no es que surja y esté escrito que así será, sino que se construye, se nutre, se enriquece y complementa para ser y estar lo que tenga que durar, incluso quizás esta vida y un poco más.

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