Corazón abierto

La mujer que decidas ser

Llegamos a este mundo sin elegir quién seremos, qué seremos y cómo seremos, o al menos eso creemos. 

Y es así como simplemente la vida comienza a fluir, algunos siendo hombres, otros mujeres, cada quien identificándose con sí mismo.

Con gustos, intereses y preferencias distintas; con metas diversas; propósitos de vida únicos y adaptándonos a todo eso que viene desde nuestro interior en un mundo exterior que nos pone a prueba todo el tiempo.

Un mundo que nos lleva a aprender siempre algo nuevo, que nos reta a confrontarnos en ocasiones incluso con nosotros mismos, con lo que esperan todos a nuestro alrededor de nosotros y con nuestros sueños transformándose día a día con la única certeza de que siempre el porvenir ha de ser incierto. 

Ser mujer en este mundo, es en sí mismo un gran reto y, si bien todos los seres humanos deberíamos tener igualdad de derechos y oportunidades, ser seres libres; los mismos seres humanos nos hemos encargado de que no sea así.

Nos encontramos con hombres viendo como débiles a las mujeres, jefes considerando que una mujer no puede tener capacidades que la lleven a una posición al mismo nivel que él o superior; familiares (y hablo de ambos géneros) creyendo que la única meta en la vida de “sus niñas de la familia” es casarse, tener hijos y enfocarse por completo en mantener unida y atendida a su familia.

Mujeres que juzgan, critican o lastiman a otras mujeres sean conocidas o desconocidas; hombres que lanzan miradas morbosas, palabras ofensivas, que abusan física, mental o emocionalmente de otras mujeres; o incluso aquellos que privan de la libertad o de la propia vida. 

Y así, en esta sociedad cada uno de nosotros deseamos igualdad, ver nuestros propios sueños materializados o simplemente tener la paz mental y emocional para ser felices.

Pero cuando analizamos en qué enfocamos nuestra energía, resulta que muchas veces es más en la vida de los otros y todo aquello que podemos criticar, reprochar, evidenciar o destruir; que en la nuestra para lograr aquello que deseamos. 

Por ello, hoy mi mensaje para ti se trata de una celebración a la mujer a través de la reflexión y la acción, y no de un solo día, sino cada día.

Y es que, todos los seres humanos estamos aquí por misiones individuales, aprendizajes que habremos de adquirir, aportaciones que tenemos que brindar, entonces simplemente vivamos en sintonía de ello.

Mientras nuestras acciones no lastimen, falten al respeto o vayan en contra de otro ser humano, seamos, vivamos, trascendamos.

Si eres hombre, ama a las mujeres y demuestra ese amor brindando respeto en cada uno de tus actos a tu madre, hermana, hija, amiga o cualquier mujer con quien te cruces en el camino; respeta su forma de ser, pensar, vestir, vivir. 

Ama, respeta y admira nuestras diferencias y nuestras similitudes; aprende de aquella mujer que puede aportar algo a tu vida; inspírate cuando una mujer te reta intelectualmente o cuando saberte a su lado le da fuerza; agradece por aquellas mujeres que le dan sentido o simplemente alegrías a tu vida.

Si eres mujer, recuerda que cada una está aquí por un camino propio y esta vida no se trata de una competencia con otras mujeres, ni con otros hombres. Se trata de cada una llevando su propia vida en el sentido que cada una quiere, así que, no te compares, no te sientas más o menos que otras mujeres.

Es mejor avanzar de la mano, que empujándonos, juzgándonos o comparándonos. Así que si tu trascendencia en esta vida dependerá solamente de ti, ve a otras mujeres como tus aliadas, tus amigas, tu impulso, tu inspiración.

Siempre podrás encontrar en una mujer a una guía o tú ser ese propio ejemplo; un día podrás ser quien alce la voz para defender a otras o encontrarás a alguien que te extenderá la mano para levantarte.

Para ti, deseo que vivas esta vida en plenitud, siendo una mujer que se ama, acepta, que no necesita apagar la luz de otras para brillar, sino que con su sonrisa, actos y forma de ser, ilumina su propio camino y el de su entorno.

Una mujer que respeta no solo a su propio género, sino a todos los seres vivos, viviendo con la bandera de crear un mundo armonioso, amoroso y compasivo; que siempre busca ser su mejor versión y encuentra en su sensibilidad la intensidad que debe imprimir a sus actos; en su vulnerabilidad, los motivos para siempre estar en constante mejora y evolución; en su feminidad, el poder para hacer de éste, un mundo mejor. 

Sé la mujer que tú decidas ser, logra aquello que deseas, camina por los lugares que quieras recorrer; construye castillos, sueños o rutas que te llenen el corazón; elige en tu vida y respeta la de los otros; siéntete en libertad de ser; inspírate y sé inspiración; comparte tu fuerza y brinda siempre tu amor; sé aquella mujer que al final del camino te sientas orgullosa de ser.

Comparte

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *