Lección no aprendida, lección repetida
La vida es un continuo aprendizaje. Todo el tiempo estamos viviendo experiencias que algo deben dejar en nosotros, algunas hacernos reflexionar, otras retarnos, otras tantas a través del gozo también nos dejan huella, y esa constante elección en nuestro vivir nos forja, forma y transforma.
En ocasiones, ante alguna experiencia que no nos agrada, que sentimos que nos pone a prueba y no estamos listas para ello, o que simplemente no queremos hacerle frente, decidimos postergarla, alejarnos o hacer como que no existe. Sin embargo, la vida siempre se encargará de asegurar que esa lección que debemos afrontar en esta vida se lleve a cabo.
A mí me ha pasado en relaciones de pareja, en el trabajo, en lo personal, en la relación con otras personas. En fin, creo que en cualquier momento o situación, si no aprendemos la lección que esa experiencia nos tiene, llegará el momento donde nuevamente se presente.
Quizás ante otro escenario, con otros actores o con circunstancias adicionales, pero llegará y si nuevamente la esquivamos, nos desviamos o nos escondemos, no será para siempre, porque el ciclo se repetirá.
Y es que, cuántas veces no nos pasa que nos preguntamos por qué sigo atrayendo al mismo tipo de parejas, o a personas que actúan con nosotros de la misma forma, o situaciones que hasta nos hacen decirnos “es como si esto ya lo hubiera vivido antes”. Y simplemente se trata de lecciones no aprendidas que por ende han de repetirse.
No se trata de un castigo, sólo se trata de acontecimientos que debemos vivir y que nos ayudarán a crecer. Los seres humanos vivimos de la transformación y si estamos dejando inconcluso cierto aprendizaje, nos habremos de topar más adelante nuevamente con él.
Las situaciones pueden ser diversas, algunas quizás demanden de nosotras una dosis de amor propio que no estamos teniendo, de repente puede tratarse de fortalecer habilidades como la paciencia, positivismo, resiliencia, persistencia, entrega.
En ocasiones puede ser que debemos aprender a perdonar, a no tener miedo, a soltar o a amar; esto solo por ponerte algunos ejemplos con los que yo me he topado en mi propia vida.
Sé que no es fácil enfrentar aquello que no nos agrada, que nos hace sentir incómodas o que creemos que ignorándolo simplemente “pasará”. Pero créeme, como experta en este tema de lecciones no aprendidas, lecciones repetidas; hoy te puedo decir que la única forma de crecer y cumplir con esos aprendizajes para los que estamos en esta vida, es hacer frente a esas situaciones.
Así que si crees que te encuentras ante una de esas lecciones no aprendidas que se están repitiendo, tómate un tiempo para parar, respirar, reflexionar, analizar. ¿Qué es aquello que no te has dado la oportunidad de resolver, escuchar o atender y por lo que nuevamente has atraído esa situación?
Decide ahora cómo debes afrontarla, para vivirla sin miedo, soltar la ansiedad antes los recuerdos del pasado y las expectativas del futuro, y poder aprender lo que esta experiencia tiene para ti.