¿Ahorrando para mi retiro?
Yo siempre me he considerado una persona organizada y administrada en mis finanzas, por lo que en mi distribución de ingresos, el apartado para “ahorros” siempre está presente.
Cuando pensaba en ese apartado para ahorros normalmente eran para usar a mediano plazo. Ya sea para irme de vacaciones, comprar un carro, hacerme de una casa, poner un negocio. Pero la verdad es que nunca pensaba en ahorrarlo a largo plazo, para cuando fuera mayor, para cuando a mis 60 años quizás mis posibilidades o ganas de trabajar fueran distintas y ahí pudiera aprovechar ese ahorro.
Mi experiencia
De pronto, hace varios años, en la empresa donde trabajaba, nos dieron un curso de finanzas personales con la intención de orientarnos y ayudarnos a manejar mejor nuestro dinero, abrir un poco el panorama a que no solo se trata de recibir tu pago quincenal y al instante estar acabando con él porque traes mil deudas o porque tus gastos diarios te rebasan.
Durante esa plática pude reafirmar que no andaba tan perdida, sin embargo, posteriormente la persona que nos expuso el tema, tuvo pláticas individuales con todos los que participamos, para darnos mayor asesoría personalizada.
En ese momento consideré que me felicitaría por mi administración, jaja, lo cual así fue, pero dado que este hombre era asesor de ventas de una compañía de seguros, como buen vendedor su intención en esta charla individual era venderme alguno de los servicios que su empresa ofrecía.
Tras revisar cómo manejaba mis finanzas llegó a la conclusión de que me podía ofrecer un fondo de ahorro para el retiro con seguro de vida, es decir, que a través de un pago semestral durante más de 30 años podría contar con un seguro de vida que respaldaría a mis asegurados en caso de que yo muera o que al llegar a mis 60 años de edad me permitiría contar con un monto mensual producto de mis ahorros durante todos estos años.
Durante la plática quizás mi admiración por la posibilidad de contar con ese tipo de seguro o que este hombre la verdad tiene su speech muy bien estudiado (con la plática previa identifica perfecto por dónde llegarte y sabe convencer, lo que lo hace un buen vendedor), pues ni le pensé tanto y acepté contratar ese servicio.
¿Hice bien en contratarlo?
Hoy tras ya varios años, debo admitir que muchas veces he pensado que no debí haber aceptado, o que me gustaría cancelarlo o bajar el monto semestral que debo dar, sobre todo lo pienso cuando llega la fecha en que debo pagar, jaja.
Y quizás estas negativas vienen a mi cabeza porque finalmente es un dinero que tengo y de pronto estoy enviando a una cuenta que podré usar hasta dentro de 30 años, es decir, no es como que estoy guardando ese dinero bajo el colchón y de pronto un día lo necesito y simplemente lo agarro y uso.
O incluso llego a pensar que si yo soy tan buena administradora de mis finanzas pude haberlo ahorrado por cuenta propia creando ese apartadito particular para “mi retiro”, o pensando en la posibilidad de que quizás ni llego a los 60 años y yo guardando dinero para ese momento, jaja.
Mis reflexiones
En fin, más allá de esas constantes negativas, la verdad es que también le veo beneficios y espero algún día además de verlos a la distancia, los pueda palpar y gastar, jaja.
Dentro de lo positivo, sé lo común que es que los adultos mayores sean mantenidos por sus hijos o nietos, lo cual me parece muy válido y una forma de mostrar la gratitud que durante su vida económicamente activa tuvo esa persona para con ellos, y finalmente ahora en el momento en que ya no puede trabajar o incluso que merece tener una vida para simplemente disfrutar, pues qué mejor que para lo económico estén sus hijos o nietos.
Sin embargo, mi orgullo personal o quizás mi forma de ver mi vida me hace desear que si llego a viejita no quiero representar una carga económica para nadie, por ello, si desde ahora puedo hacer algo, qué mejor!
Algo que me ha traumado un poco es a aquellas mujeres incluso de menos de 60 años que les dicen a sus hijos que tienen la obligación de mantenerlas.
Toda mi vida el ejemplo de mis papás, y también de tías, tíos, abuelitas, abuelitos es de valerse por sí mismos, de trabajo y entrega para dar lo mejor a sus hijos (no por obligación, sino por amor) y darles las herramientas para después desarrollarse, formar su propia vida y dar de igual forma por amor y no por obligación.
Así que cuando me topé con ese caso, si me desconcertó muchísimo y no comparto ese pensamiento que considero egoísta para la libertad de ser, actuar y vivir de las personas, por ello, ahora con más razón tengo claro que no quisiera en un futuro ser ese tipo de mujer que exige a otros la mantengan.
Y creo que es más valioso y gratificante valerte por ti misma; que si tienes una pareja es para compartir miles de experiencias y emociones más que el recibir de él algo de dinero, sino juntos construir sus sueños y metas; que si tienes hijos darás todo de ti durante toda tu vida sin condiciones de que en un futuro ellos te regresen cada centavo gastado en ellos, sino que con base en el amor, tú para ellos y ellos para ti estarán incondicionalmente.
Además, hasta este punto de mi vida aún no tengo hijos ni pareja, así que no hay a quien se la pueda aplicar para que me mantenga cuando sea viejita, jajaja.
Mis motivadores
De lo más positivo que le encuentro es que si llego a los 60 años estará increíble poder disfrutar de un dinerito que durante todos estos años a base de esfuerzos pude guardar y en ese momento tener cierta tranquilidad económica. Es como que hoy estoy asegurando mi bienestar económico futuro y eso está padre.
O que si en esta vida no les duro esos años, jaja, tengo el respaldo para que mi familia pueda estar asegurando tener dinero para los gastos que genera el que uno se muera (porque si que sale caro morirse, jaja).
Y además el dinero adicional lo veo como un regalo para ellos, como una muestra de gratitud por todo lo que hicieron por mi en vida, así que por ese lado también me agrada la idea (solo espero que mi muerte no esté incluida en la cláusula del tipo de muertes que no cubre mi seguro de vida, porque sino ya valí, jaja). Pero sí, en definitiva cuando mi vida termine, el poder dejar algo a las personas que amo y que finalmente es fruto de mi esfuerzo de años, me hace sentir bien.
Por la forma en que estoy “ahorrando para mi retiro”, como mencionaba antes, pienso en la posibilidad de que ese ahorro lo hubiera hecho por mi cuenta y que quizás pensando en que soy buena para ahorrar habría hecho un buen trabajo, sin embargo, muchas veces también me pongo a pensar en el hecho de que cuando uno tiene dinero a la mano, por más que diga que es para cierto fin, si se le atraviesa una emergencia, un antojo, una necesidad o cualquier situación que no tenga nada que ver con dicho fin pero que le hace querer o necesitar ese dinero, lo tomará y ocupará, lo cual sé que a mi me habría pasado así, es decir, que mi seguro para el retiro no sería tan sólido como el que un tercero o una institución “me obliga” a guardarlo.
Mis conclusiones
Y bueno, quizás me extendí un poco en este tema, pero la verdad considero que si es de pensarse, por eso quería compartirte un poco de mi experiencia con mi seguro y de todo lo que pasa o ha pasado por mi cabeza al respecto.
Finalmente lo que cada persona viva será distinto, la forma en que piense igualmente y la manera en que elija manejar sus finanzas ni qué decirlo, pero considero la percepción de otros puede darte nuevos enfoques.
Así que yo la veo como una opción no tan descabellada y que incluso si hoy no vemos los frutos, podemos tener la certeza de que en un futuro nosotros o nuestros seres queridos podrán tenerlos.
Además, un seguro de este tipo no es la única opción para ahorrar para tu retiro, así que si estás pensando en hacerlo, será súper importante te informes con los expertos, te asesores antes de tomar la decisión, evalúes si es lo que quieres y comiences a ahorrar. Finalmente a quién no le gustaría a sus 60 años ya estar retirado y aún así recibir dinero. A mí, sí! 😉