Me voy a Qatar
Hace poco te compartía sobre “El fútbol y yo” y te adelanté que iré al mundial de Qatar que está por comenzar en tan solo unos cuantos días.
Hoy ya me siento muy emocionada porque por fin veo llegar el momento, así que quisiera compartirte algunas de mis experiencias previas, la planeación de mi viaje y algunos otros detalles que quizás es “de lo que no se habla en redes sociales, blogs o videoblogs”.
Y es que, si bien deseo que este sea un gran viaje y una experiencia inolvidable para mí, por lo cual tengo pensado compartir mucho de lo que viva estas próximas semanas por instagram, todo lo que he vivido hasta ahora creo que también merece un espacio para compartirlo.
Este ha sido un año diferente a todo lo que he vivido y entonces por muchos momentos este viaje pensé no hacerlo, otros con ciertas cosas ya confirmadas incluso seguía cuestionándome, pero sin embargo, hoy he elegido emprender esta aventura, deseando que sea la mejor experiencia.
Comenzando por el principio 😛 Te contaba que cuando terminó el mundial de Rusia estaba tan feliz por lo vivido, que sin dudarlo me dije que iría al próximo mundial que sería en Qatar.
En aquel momento según yo comenzaría a ahorrar para que “no me pasara como Rusia” y “no me agarraran las prisas ni las deudas”, sin embargo, dejé que la vida presente me pasara por enfrente sin destinar algo a ese ahorro.
Durante estos años, nadie imaginaba que aparecería una pandemia y si bien pudo haberse dado como la situación perfecta para ahorrar para Qatar 2022, erróneamente ocupaba todo mi sueldo entre diversos gastos, pero también en muchas otras cosas que aún sigo sin tener tan claras.
Para ser honesta, cuando estábamos en mitad de la pandemia llegué a pensar que dadas las circunstancias quizás el mundial se suspendería o incluso que si las condiciones sanitarias y de salud seguían complicadas, no haría ese viaje. Esa es mi mejor excusa para no haber ahorrado.
Y entonces, a finales de 2021 decidí renunciar a mi trabajo. Un trabajo que me daba un ingreso fijo, pero que en el fondo ya no me estaba llenando, que me hacía sentir que “ahí ya no era”, que quería crear una vida distinta y fue como a principios de 2022 dije adiós a esa empresa y comencé un camino independiente.
De esto te hablaré más a fondo en otro momento, sin embargo, a manera de conclusión te comparto que este año trabajé de forma independiente, primero queriendo ser la emprendedora que todo México y el mundo esperaba; y en la realidad fui una profesional independiente trabajando en algunos proyectos relacionados con marketing que fueron apareciendo en el camino. Es peculiar, porque ahora que miro hacia atrás cada uno de ellos aparecieron en mi vida más que yo buscarlos, lo cual me hace tener certeza de que así tenía que ser, que hay que estar abiertos para recibir aquello que es para nosotras; porque aunque no me dieron este año los ingresos que imaginé, si tengo mucho por agradecer.
La primera fase de venta de boletos para los partidos del mundial fue en enero. En aquel momento tenía algunos días que había dejado mi último trabajo, por lo que al hacer la solicitud me sentía decidida a ir al mundial, creía que la abundancia estaría de mi lado e incluso la suerte para obtener los boletos que quería. En aquella madrugada pedí boletos para los partidos de México y un par más de las etapas finales.
En marzo dieron los resultados y tristemente no me asignaron ningún boleto (a mí no me gusta esta etapa y la siguiente, ya que la asignación de boletos es por sorteo).
Si bien es de las cosas que me chocan de este proceso de compra para entradas del mundial, no me puse tan triste porque sabía que vendrían otras etapas de venta y además me “daba tiempo” para ir teniendo claridad de mi futuro profesional y sobre todo de mis ingresos.
En abril vino la nueva fase de ventas y yo aferrada volví a pedir boletos para los partidos de México, ya sabiendo quiénes eran sus rivales. Además quería ver a España, Alemania, Portugal, Uruguay, entre otros. En esa etapa hice solicitud de 8 entradas con la esperanza de que alguna me asignaran.
En ese momento seguía sin tanta claridad mi camino, por lo que en el fondo pensé que si me asignaban aunque fuera un solo boleto, era una señal de que sí tenía que ir al mundial.
Y así fue como dejé todo a la suerte, a Dios, al destino, al Universo y a finales de mayo me avisaron que me habían asignado una entrada. Es decir, de las 8 que pedí, solo me asignaron 1. Ahí sí estaba triste, porque no me dieron ninguna de México, aunque estaba algo feliz porque la que me dieron era para Alemania.
Entonces, así tal como lo había dicho al universo, si me asignaban una entrada, esa sería la señal de que si iría a Qatar.
En esos momentos ya habían pasado unos meses de mi vida profesional independiente, mis ahorros inmediatos se comenzaban a agotar, los gastos me comenzaban a consumir, entonces aunque me sentía bien con mi decisión de haber renunciado y ya tenía algunos proyectos, tenía más gastos que ingresos y aún no había gastado en nada del mundial.
Fue como en aquel momento tuve mi primera duda respecto a ir o no ir a Qatar. Pero solita la disipé recordándome aquello de “una entrada que me den y voy al mundial”.
En julio llegó una nueva etapa de venta de entradas, la cual ya no implicaba sorteo sino que se iban vendiendo conforme se solicitaban.
Tras muchas horas que iniciaron en la madrugada y muchos intentos por entrar a la plataforma finalmente pude obtener entradas para dos partidos. ¡Ninguno de México! 🙁 Lo cual me puso triste, pero tener ya entradas para tres partidos del mundial si que me emocionaba.
Entonces ya pasada la ansiedad por ver si conseguía o no entradas para partidos, venía una nueva etapa quizás de aún mayor ansiedad, jajaja. Planear el viaje, ver cómo estaba todo con los requisitos para ir a Qatar, revisar opciones de traslados, alojamientos, etc.
Desde julio a la fecha he tenido infinitos momentos en que digo “mejor no voy”, “no estás en un momento para andar gastando lo que no tienes”, “¿y si mejor te enfocas en pagar tus deudas y armar un plan de vida?”.
Es curioso, porque ahora que estoy recapitulando, me doy cuenta que mucho tiempo me la pasé pensando más “en el problema” que “en la solución”. Encontré muchos más “peros” para no ir, alargué “mi agonía de no tener dinero, de no tener proyectos que me pagaran mejor, de no tener ingresos para algo más que gastos diarios” cuando quizás si mi enfoque hubiera sido distinto, habría aprovechado más este año y por ende estaría en sintonía con la abundancia, en lugar de haber pensado en carencia.
Es de esas reflexiones y veintes que caen cuando uno mira hacia atrás y razón por la que me encanta escribir aquí. Gracias a estos momentos que me permito reflexionar, es que puedo aprender, ajustar o redirigir el camino.
En fin, para lograr el plan de viaje que armé y estoy a unos cuantos días de comenzar, pasé por muchos momentos, armé muuuuuchas rutas, pensé en varias alternativas, analicé muchos costos de traslados, hospedajes, días, fechas, etc.
De verdad que armar un viaje por uno mismo puede resultar muy complejo o pesado, pero curiosamente es algo que en el fondo disfruto mucho, así que lo disfruté y sigo disfrutando, porque esto solo es el comienzo. Vi rutas que incluían Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Turquía, Dubai.
Armé itinerarios de unos cuantos días, otros más largos. Algunos con opciones de vuelos, trenes, conexiones. Es decir, quise probar distintas alternativas por un tema de costos, pero también de lugares que no conocía y quería hacerlo, de fechas, disponibilidad, traslados. Si quieres que te cuente más de esto, dímelo en los comentarios y lo armo; porque la verdad es que es increíble todo lo que hay que pensar para armar un viaje.
Hoy el plan de mi viaje contempla 21 días que incluye Qatar y otras ciudades, pues si bien al principio me dije que armaría un viaje “austero” con el menor número de días y de lugares para que el costo no se elevara demasiado, al final quizás me fue ganando un poco la emoción, pero también al armar las opciones creo que todo se fue acomodando para que terminara tal como quedó, incluyendo algunas otras ciudades europeas por visitar en el camino, las cuales me entusiasma también mucho conocer.
Entraré a los tres partidos para los que tengo entradas y ya estando allá quiero ver si se da el milagro de que pueda conseguir entrada para un partido de México. Además de haber planeado tener tiempo adicional a los días de partido, para conocer Qatar, vivir la fiebre mundialista y disfrutar de todo lo que me depare esta aventura.
Así que tal como quedó armado mi itinerario me entusiasma mucho, porque aunque tuve muchas dudas básicamente por “lo económico” y ahora tengo vaaaaarias deudas que tendré que ir sorteando y saldando próximamente, además de que agoté mis ahorros, sé que si hubiera decidido cancelar el viaje ahí no se encontraba “la solución” y solo me la habría pasado pensando “qué habría pasado si hubiera ido a Qatar”.
Y también creo que cuando uno quiere que algo suceda todo se acomoda para que así sea. Y este año aunque te decía que ha sido diferente, son muchos los motivos para agradecer y ver cómo todo lo que pasó está contribuyendo para que haga este viaje. Mis papás en primer lugar son el mayor apoyo para mí y también motivación; la gente con la que trabajé este año, con quienes pude contribuir como profesional independiente porque confían en mi y mi trabajo y que creo «todo suma».
Porque además creo que cuando uno quiere hacer algo pero se detiene «por dinero», por todo el ruido alrededor y en la cabeza respecto a porque «mejor no hacerlo», siempre quedará el qué hubiera pasado, pues quizás es muy probable que el dinero para hacer realidad eso si hubiera llegado y termine uno gastándolo en «quién sabe qué» y sin haber vivido esa experiencia que quería realizar.
En este momento me siento tranquila y feliz con mi decisión de ir a Qatar, porque como se lo dije un día a mi hermana, es una oportunidad única en la vida. Iré sola, entonces si bien ya he viajado sola, esta ocasión estaré durante los 21 días yo sola y eso me parece retador, pero además me hace sentir muy abierta a todas las posibilidades de conocer tanto lugares, como personas, como vivir en plenitud las experiencias que me ponga la vida, con menos miedos y más certezas de que todo es tal como debe ser. Me ilusiona volver de ese viaje llena de emociones, feliz de lo vivido, aprendido, conocido y experimentado.
Entonces, quiero compartirte que aunque un sueño, un proyecto o un plan por algún momento se vislumbre complicado, es básico que tú no pierdas la fe y enfoque en hacerlo realidad. Hoy te puedo decir que cada día es valioso para acercarte a tu meta. Que enfocarte en el problema o en las mil y un razones para que no suceda, a la única persona que puede afectar es a ti. Así que lánzate sin miedo, analiza tus opciones, busca soluciones, enfoca tu energía en aquello que aporte al logro de eso que deseas.
Tú eres dueña de tu vida, así que cada día elige aquello que quieres hacer, trabaja por conseguir tus sueños, enfócate en “cómo sí”, disfruta el proceso y el verlo materializado.
Aquí te dejo mi instagram personal por si quieres vivir conmigo esta experiencia.

